200 Obras de Carlos Correa ¿Desaparecidas?



Otras obras FALTAN de más de 200


1934
Marcha del Hambre


1934
Entierro de Obreros


1934
Huelga en Barranca


1934
Maquinismo

Gran cuadro
1935
Maternidad Blanca


1935
Maternidad Negra


1935
Maternidad de las Calles


1935
Entierros


1937
Cholas Cuencanas
acuarela
Zulategi
1934
Erosión Colombia
acuarela
Zulategi
1940
Semana Santa


1940
Entierro en el Campo


1940
Retrato del doctor César Uribe Piedrahita


1942
Naturaleza en Reposo


1942
¿¿¿¿¿

I Salón de Acuarelistas Colombianos en 1942
1943
Temas Filohispanista e Indigenista


1943
Temas Taurinos


1944
Tetramorfos


1944
Maternidad Americana


1944
El Paraíso


1944
Bocetos para Murales


1945
Ilustró el libro 18 poemas  Gonzalo Buenaventura y Carlos Delgado Nieto


1947
Hermana de la Caridad
oleo
Museo Nacional de Colombia
1952
El Beso


1953
El Verraco de Guaca
Aguafuerte
Palacio de la Cultura 'Rafael Uribe Uribe' Medellín

Río Meléndez
oleo sobre tela
Zulategi

Los tres Nevados
oleo sobre tela
Zulategi

Represa de la Fe
aguada
Zulategi
1963
Cartuchos en Amarillo


1963
El Coro de San Francisco
oleo

1970
Graffitis

Sus últimas creaciones con el color y la forma
1970
Estilización del dibujo infantil

Sus últimas creaciones con el color y la forma
1971
Flores de Ahuyama


1973
Belén, Medellín


1973
Vertientes







ESCRITOS Buscar


1963
La Pintura Sinfónica de Pedro Nel Gómez

 Lecturas Dominicales de El Tiempo
1970
Ensayos, Novelas y Poesía



Carta al Papa

La Carta al Papa, controvertido escrito, que combina una posición irreverente frente a la Iglesia

Historia, el presente y el futuro

concepción casi esotérica de la historia, el presente y el futuro editado en 1984

Conversaciones con Pedro Nel Gómez

Publicado en la Colección de Autores Antioqueños 1998


RESEÑAS
   Carlos Correa ha sido uno de los pintores más combativos en Colombia. Sus cuadros despertaron violentas polémicas que conmovieron a toda la ciudadanía Colombiana y llamaron la atención por su poderoso y novedoso estilo.
   Carlos Correa figuró en la década de los años 40 como uno de los artistas más prometedores de la vanguardia del Arte Moderno en Colombia. Su obra fue realmente controvertida y sirvió de punta de lanza para derrotar la resistencia que muchos espíritus conservadores venían oponiendo a las nuevas corrientes del arte moderno. Desafortunadamente por falta de estímulo el maestro no pudo realizar estudios en el exterior en donde habría podido conocer más a fondo las obras de los grandes pintores de nuestro siglo.
   Desde los inicios de su carrera, el artista se comprometió con su particular visión del mundo y del arte; su trayectoria estuvo llena de polémicas y confrontaciones con diversos sectores, debido a un tenaz temperamento y a una producción comprometida con la interpretación de las contradicciones mentales y sociales de la Colombia de la época.
   Para este artista la pintura fue el recurso principal de creación plástica; tanto al óleo como a la acuarela, Correa demostró el dominio sobre estos procedimientos, y dejó constancia de sus recetas en su diario manuscrito. Al inicio de su carrera pintó sobre yute, debido a sus pocos recursos económicos y como un gesto de nobleza.
   La acuarela fue su técnica preferida, adecuada para la representación de sus paisajes fantásticos, sus personajes místicos y sus irreverentes carnavales. Su paleta se destacó por la presencia de tonos fríos, azules, grises, verdes y negro, matizados por ocres apagados y carmines y violetas diluidos. Aunque no renunció al dibujo, Correa se expresó por medio de manchas y pinceladas gruesas, recursos heredados de Pedro Nel y aprovechados para la recreación de texturas y volúmenes.
   Aunque muchos de sus proyectos fueron verdaderos bocetos para pinturas al fresco, no pudo convertirse en el muralista que soñara, dada la exclusividad de su maestro en el desempeño de esta técnica. No obstante, y en consonancia con su concepto social del arte, aprovechó el recurso del grabado para producir una serie de obras dedicadas a la denuncia social y a la sátira política.
   Correa se comprometió con la búsqueda de un lenguaje plástico propio, con la consolidación de un arte americano, arraigado en una identidad surgida en el pasado prehispánico y en el mestizaje, y distinguido por la reiteración de valores y antivalores de la sociedad moderna, y por la exaltación de la naturaleza, la vida y la muerte.
   Débora encontró entonces apoyo en el pintor Carlos Correa, quien cuando conoció los primeros resultados, se mostró abiertamente elogioso y entusiasmado. Había pegado pliegos de papel de acuarela para poder pintar en formato grande y a tamaño natural en algunos casos, con lo cual rompió sin proponérselo conscientemente la técnica tradicional de la acuarela. Al poco tiempo Correa viajó a Bogotá y a partir de entonces continuó trabajando sola: “ya poco necesitábamos del maestro, la práctica era la que nos iba llevando”. Debora Arango 1939
Existen más de 200 cuadros en colecciones nacionales y extranjeros. En el Museo 'Zea' o Antioquia reposan 3 de sus obras, "Bachué"