Desnudo Carlos Correa


ESTÉTICAS DE LA VIOLENCIA Emergencias en México y Colombia. Josué Carantón Sánchez Docente Tiempo Completo Departamento de Ciencias Sociales  y Humanas Universidad  de Medellín
   El papel del arte y sus formas de representación en los artistas ha tenido gran impacto dentro del mundo artístico, desde el óleo “Anunciación” de Carlos Correa, pintor, Analista de Arte y Estética. Director de la Escuela Departamental de Pintura en Santiago de Cali, en 2 períodos, en donde además desempeñó la Cátedra de Pintura. Catedrático de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, también ejerció la docencia en Medellín. Participó en la Bienal de Madrid, ESPAÑA en representación de Colombia en 1951, y en la gran exposición sobre Plástica Colombiana del siglo XX, organizada en La Habana, CUBA, en 1977. Artista contestatario de filiación Humanista y Social. Toda su obra manifiesta una aguda crítica de la desigualdad social y de la alienación del hombre contemporáneo.
   En 1941 en las paredes del II Salón Nacional de Artistas colgaba “Anunciación”, una obra Maestra de Carlos Correa que muestra a una mujer de color cobre, cobriza, desnuda, acostada, embarazada y plácida, al frente de una representación de la escena religiosa en la que el arcángel Gabriel le anunció a María que sería la madre de Dios. El óleo fue tachado de inmoral y pornográfico. Fue retirada del Salón. De "cortedad de talento" e incapacidad "de comprender las realidades cristianas, siquiera como bellos motivos de arte ..." se acusó a Correa y al jurado que premió su obra, por parte de la curia y sectores conservadores, Monseñor Builes y Laureano Gómez. Como haya sido, colgada minutos antes de su calificación, esta obra fue valorada en justicia y obtuvo el Primer Premio, por su elaborado y ambiguo manejo de un tema siempre provocador y plásticamente atractivo.
   En 1942, un año después, en la siguiente edición del III Salón Nacional de Artistas, Carlos Correa presentó la misma obra, pero le cambió el título por “Desnudo”. Aunque nuevamente, recibió el máximo premio, el Ministerio volvío a anular el fallo, pues se desencadenó un terrible escándalo en el que intervinieron el clero y la prensa, en rabiosas y furiosas diatribas, motivado por la fuerte polémica que habían formado: el sector tradicionalista, con la Iglesia a la cabeza, consideró la obra como una ofensa a uno de los dogmas más importantes de la religión. Este cuadro sólo fue exhibido durante 4 días.
   Tus días están ContadosMatices conservadores, miembros de la Iglesia y damas prestantes de la sociedad pecata, al percatarse que era la misma obra, obligaron a que fuera quitada. Luego, enviaron un telegrama a Correa, con el siguiente lacónico y amenazante mensaje biblico: “Mane Tecel Fares”, decía, las mismas palabras que la mano de un ángel de Dios escribió en una fiesta profana del rey Baltasar, quien fue asesinado al día siguiente.
   Y esas tres palabras, que podrían resumirse en la expresión “Tus días están contados”, le dan nombre a la exposición que el Instituto de Cultura y Patrimonio realizó de la obra de Carlos Correa, a principios del 2012, en la que fue exhibida “Anunciación”.
    Según, Gustavo Carvajal, coordinador de Artes Visuales del Instituto de Cultura. “La personalidad de Correa está entre lo religioso y lo analítico, él decía que tenía una tendencia Humanista y Social. Exponía en sus pinturas a personajes del Gobierno convertidos en animales, en sus dibujos puede identificarse fácilmente al presidente de la época, a un marrano de gran tamaño sostenido por algunos jerarcas de la Iglesia, hacía alegorías donde los ridiculizaba, fue muy crítico con el sistema político”, dice La exposición, que reúne acuarelas y óleos, muestra cómo el artista abordó las temáticas de lo religioso, la figura de la mujer y los paisajes. Este hecho marcó una distancia entre los artistas, la religión y los gobiernos de turno, con una formación cada vez más compleja, el arte fue tomando fuerza y generando unas dinámicas de reflexión en torno a las situaciones locales.
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   Su obra más que una tendencia artística se orientó a una posición Humanista y Social que lo llevó a recibir un telegrama, en noviembre 9 de 1942, la siguiente frase, en latín, de Monseñor Builes, obispo de Santa Rosa de Osos: 
Mane Tecel Fares: 'Tus días están Contados'

Mane 
Dios ha contado los días de tu reino y ha señalado su fin
Tecel 
Has sido colocado en la balanza y te han encontrado falto 
Fares 
Será dividido tu reino
     

                                                                               Faraute. Todo el peso del Estado, la Iglesia, la prensa, del sector conservador de la sociedad contra un jovén Pintor de 29 años, por plasmar en un óleo a una mujer de color cobre, cobriza, acanelada, bronceada, acaramelada. Solo uno de sus amigos salió en su defensa, Jorge Zalamea.

Naturaleza en Silencio Carlos Correa

1941 Óleo sobre lienzo 1,90 x 1,90 cms -Fuente: Museo de Arte de Medellín Fco. Antonio Zea -Editor o Impresor: Banco Popular -Gestor: Jorge Cárdenas - Tulia Ramírez
   Naturaleza en silencio. Texto de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Zea, para Vivir en El Poblado ed. 359. Aunque en el desarrollo de la representación de la calle sea una realidad más lejana, en el plano de la percepción se convierte en el elemento primordial.
   Desde 1941, el pintor Carlos Correa, protagonizó los que han sido, los escándalos más intensos de la historia del arte en Colombia, en el marco del I, II y del III Salón Nacional de Artistas. El centro del debate fue ocupado por la obra Anunciación, que fue sucesivamente premiada, descalificada, exaltada, criticada como sacrílega y expulsada, en medio de diatribas que impidieron comprender mejor los demás trabajos presentados por el artista.
   Naturaleza en Silencio, un óleo sobre lienzo de 1.50 por 1.30 cms., realizado en 1942, mereció, junto a la debatida Anunciación, entonces presentada con el título de Desnudo, el Primer premio en pintura en el III Salón Nacional, en ese año. Y contra las circunstancias de su primera aparición, el cuadro, como su nombre lo anuncia, se impone a partir del silencio, por sus condiciones visuales.
   Es evidente que Carlos Correa no quiso reducir esta obra a la presentación de una naturaleza muerta tradicional, como podría sugerir el primer plano. Instrumentos musicales, frutas, botellas y hasta la calavera de animal recuerdan los bodegones clásicos, con sus símbolos de vida y muerte consolidados a lo largo de la historia del arte.
   Correa, en oposición a lo habitual, ubica estos elementos contra un ventanal abierto a la ciudad, no en un ambiente cerrado sobre el arte mismo, y con ello logra crear toda la fuerza visual y simbólica de su obra.
   Desde una perspectiva visual, el cuadro nos enfrenta con una serie de puntos de vista y de espacios diferentes: el primer plano del bodegón, la estructura geométrica de la ventana que, casi paralela con el borde superior, crea una violenta diagonal que separa el interior del exterior y, sobre todo, el espacio externo, estructurado a partir de diagonales contrapuestas a las del ventanal.
   Y dentro de esos contrastes, quizá lo fundamental es la luminosidad de la calle, lograda a partir de colores puros, intensamente cálidos, rojos y amarillos, que, por eso mismo, se nos imponen: aunque en el desarrollo de la representación la de la calle sea una realidad más lejana, en el plano de la percepción se convierte en el elemento primordial.
   Y justamente en esa divergencia entre representación y percepción se afirma el potencial simbólico y significativo de la obra. Esta Naturaleza en Silencio de Carlos Correa, abierta a un paisaje de casas modernas y corrientes, grita que el arte no puede encerrarse sobre sí mismo, que no se basta ni se justifica por sus puros juegos formales, y que su único sentido y validez se descubre en la vinculación con la vida real, la vida vivida del hombre concreto y actual. En este sentido, la obra de Correa logra una fuerza política inusitada.
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Faraute. Hasta la obra de Carlos Correa, la pintura se limitaba a obras religiosas, retratos, paisajes, retratos. Carlos Correa primer artista de lo Urbano, Humanista, Social. Cada obra de Correa es una provocación a pensar, lo que es muy ..... complicado!

Retrato de un Fraile Dominicano Carlos Correa


1944 Regresó a Bogotá como profesor de Acuarela de la Escuela de Bellas Artes.
Expuso en la Biblioteca Nacional de Bogotá.
Participó en el V Salón de Artistas Colombianos con el
Retrato de un Fraile Dominicano, al cual representó con un vitral al fondo
 Artista de fuertes contrastes es Carlos Correa.
 Su Fraile Dominicano no implica ninguna paradoja en su contenido, pero reúne los más agudos contrastes en sus valores cromáticos.
 Brillantes colores claros alternan con los oscuros muros de la iglesia, que en parte parecen pintados de negro casi sin mezcla; de ahí la formidable fuerza luminosa del vitral.
 Se necesitaba de la enérgica mano de Correa para que no se perdiera el fraile debajo de la multicolor brillantez de la ventana.
 Correa valerosamente abarca el peligro de frente, y pinta al sacerdote en sencilla, pujante plasticidad, con un mínimo de reflejos en colores, y acentuando sólo el vestido blanco como complemento luminoso del vitral.
 El conjunto es de una clara estructura arquitectónica, y revela la bien hadada asociación de un extraordinario temperamento pictórico con una disciplinada voluntad de artista.
 Carlos Correa solamente mandó una obra al salón de la Biblioteca Nacional, pero ella es, verdaderamente, de primera categoría.
Walter Engel
Fuente:
http://es.scribd.com/doc/66073524/50anos-SNA#scribd

Carnaval Carlos Correa


Carnaval, fragmento




Premio VIII Salon Nacional de artistas 1950                Año creación: 1948 Oleo sobre tela adherida a madera 46 x 46 cms
Colección Banco de La República Oleo sobre madeflex 46 x 46  y 
                                                                                                                 Colección Museo de Arte de la Universidad Nacional Oleo sobre tela 59 x 76
   1950 Participó en el VIII Salón de Artistas Colombianos con  Carnaval.
Después de otras Exposiciones Individuales en Cali, Medellín y Bogotá, el alcance de su obra le
permitió participar de nuevo en el VIII Salón de Artistas Colombianos
Premio en pintura en el Salon Nacional de Artistas 1952 con Carnaval
   El pintor Carlos Correa fue ampliamente conocido por las controversias que generó su obra. Optando por no involucrarse en el tren del progreso del arte, en las rutas señaladas por el modernismo internacional. Su trabajo evoluciona hacia una postura personal que asume la obra como una acción política comprometida con los problemas humanos y su testimonio histórico social. Esta decisión suscita a apasionadas discusiones entre los críticos de la época. Carnaval es una obra presentada por el pintor en el salón Nacional de Artistas de 1950; leyendo la descripción en el comentario escrito entonces por el crítico Eduardo Mendoza Varela encontramos lo siguiente: “Otro de los cuadros de aliento en este salón es de no dudarlo el Carnaval de Carlos Correa, quien ha tratado en ocasiones y como siempre con tino y honda persuasión temas similares … en este Carnaval es de cierto rigor el arabesco a base de curvas largas y cierta estilización de telas de pliegues duros, caracteres muy frecuentes en Correa; hay un vigor ostensible que se acrecienta con la composición inequívoca y la sopesada materia cromática.” Mendoza 1988, 123.
   Contraponiéndose a esta opinión, la Traba de Marta comenta: “El color de los oleos y las acuarelas de siempre-ininterrumpidamente-desafortunado. Ni siquiera puede decirse de una ironía dominante, cáustica, de gran caricaturista, domine sobre la catástrofe del color y de la formas, para darle cierta unidad ideológica a su obra. Desencajada de todo propósito, la idea oscila entre un carnaval de Gutiérrez Solana en potencia y paisajes de mediocre poesía de fin de siglo como ‘La danza de las galaxias’. Por donde se mire la obra no solo cojea sino que desaparece por completo aplastada por su propio desacierto.” la Traba de Marta 1988, 145. 
   Estos emocionados comentarios logran desconcertar al pintor, que decide fragmentar la obra, y es así como hoy ella se encuentra repartida en diferentes colecciones. El fragmento que observamos corresponde al extremo superior derecho, una novena parte de la pintura original. Los densos colores del cuadro organizan el caos, imponiendo una geometría al ritual carnavalesco; su composición genera una tensión dramática característica que hace confluir impulsos que fluctúan entre lo místico y lo analítico. Por María Consuelo García
Bibliografía
- Buenaventura, Enrique. 1950. Vida y obra de Carlos Correa artículo especial para el Diario del Pacifico, edición de diciembre 17; citado por Por Zulategi, Libe de. 1988. Vida y obra de Carlos Correa. Medellín: Museo de Zea.
- Cristancho, Raúl. 1999. Idiosincrasia y modernismo. La pintura de Pedro Nel Gómez e Ignacio Gómez Jaramillo tesis de grado de maestría en Historia de la Arquitectura. Bogotá: Universidad Nacional.
- Engel, Walter. 1945. Dos Pintores. Ignacio Gómez Jaramillo y Carlos Correa en Revista de las Indias. No.13, septiembre. Bogotá.
- Fride, Juan. 1945. El pintor colombiano Carlos Correa. Colombia: Ediciones Espiral.
- Medina, Álvaro. 1995. El arte colombiano de los años veinte y treinta Bogotá. Colcultura.
- Museo de Arte Moderno. 1997. Colombia en el umbral de la a modernidad. Un homenaje a Artistas Bogotá Museo de Arte Moderno, Gobernación y Suramericana.
- Mendoza Varela, Eduardo. 1988. Motivos críticos en Zuluategi Libe de. Vida y obra de Carlos Correa. Medellín: Museo de Zea.
- La Traba de Marta. 1988. Arte y mitología en Zuluategi, Libe de. Vida y obra de Carlos Correa. Museo de Zea. 
Citas:
   “La composición en Carnaval es inmensamente agradable y solida, el color, que apenas esta puesto como mancha, resulta por ese mismo hecho muy sugerente. El tema tratado con sentido humorístico pero sin caricatura recuerda algo de los ‘Caprichos’ de Goya y de las escenas típicas pintadas por Gutiérrez Solana. Por este aspecto se acerca a la tradición española, pero por el color, en el cuadro definitivo, es muy americano, tiene una frescura y una vibración tropicales.”  Enrique Buenaventura sobre la obra de Carlos Correa.
   “’Mis impulsos son muy contradictorios’, dice él mismo Carlos Correa. ’El primero es el impulso místico. La mística me atrae y la quiero. Pero hay ese otro impulso opuesto, el analítico, que implica la tendencia a destruir lo existente para construir el futuro sobre las cenizas del pasado. Hay, en fin, una tercera tendencia que me mueve y es la tendencia humana. El deseo de expresar los problemas del hombre y ante todo del hombre de estas tierras, de gentes americanas.” Carlos Correa en conversación con Walter Engel.
Texto Extractado del Portal: http://admin.banrepcultural.org/blaavirtual/textos-sobre-la-coleccion-de-arte-del-banco-de-la-republica/carlos-correa/carnaval

Bachué Carlos Correa por Carlos Arturo Fernández

Correa viajó a San Agustín con Juan Friede, Fernando González, Pedro Nel Gómez, León de Greiff y otros Panidas ? Viven una experiencia que les permite comprender la vinculación de las culturas ancestrales con las fuerzas telúricas
     Técnica: Oleo sobre lienzo - Dimensiones: 2 x 86 cms

Por Carlos Arturo Fernández  Tras las luchas de independencia y de los procesos de 
consolidación nacional, todos los pueblos de América Latina se enfrentaron a la 
pregunta por la propia identidad, más apremiante en la medida en la cual nunca 
pareció claro el predominio de un origen indio, español, negro o mestizo. 
En concreto, en los años 30 y 40 del siglo pasado, la insistencia en que nuestras 
raíces indígenas eran las únicas reales condujo al “indigenismo” que, aunque no 
logró explicar lo que somos, nos dejó textos literarios de dramática intensidad 
poética e imágenes que buscaron recuperar mitologías sepultadas desde la época
 colonial. 
   Sin embargo, el indigenismo fue pronto criticado como simplista y romántico
 y comenzó a desplegarse una actitud americanista más compleja y 
políticamente comprometida
. La Bachué, de Carlos Correa, equivocadamente leída como 
indigenista, representa las dificultades de esa búsqueda de identidad. 
   Carlos Correa, Medellín 1912-1985, es una figura clave dentro de la historia
 cultural y artística del país y de la región a lo largo del siglo 20. Sin embargo,
 como ocurre con muchos otros artistas anteriores y posteriores, su obra 
sigue siendo bastante desconocida. 
   Es evidente que el estudio de nuestra historia del arte ha sido muy pobre y, 

aunque se van llenado vacíos sobre todo en lo que se refiere a 
las últimas décadas,
 quedan enormes períodos que todavía no han sido analizados en profundidad
. Es como si desde la Regeneración hasta la época de las Bienales reconociéramos
 solo unas cuantas figuras claves y esporádicas que, en el ámbito antioqueño, 
se limitan casi siempre a Cano, Pedro Nel, Eladio Vélez, Gómez Jaramillo y 
Débora Arango, llegada a la lista solo a finales del siglo
. Pero dejamos por fuera el tejido de la historia, que es la posibilidad de 
entender nuestro proceso cultural: Melitón, Humberto Chaves, Gabriel 
Montoya, Longas, los Vieco, las alumnas de Pedro Nel, los Carvajal, Sáenz, 
Aníbal Gil, Jorge Cárdenas, Francisco Valderrama y muchos otros 
que es imperdonable dejar de nombrar
. Cuando se pasa al ámbito nacional, la situación llega a ser todavía peor
. En ese contexto, Carlos Correa aparece como un gigante que, quizá por 
razones que nada tienen que ver con el arte, los historiadores y críticos casi 
han pasado por alto
. De él se recuerda sobre todo la Anunciación, una obra que desató el 
más violento debate de la historia artística del país cuando se presentó en 
el Salón Nacional.
      Bachué, en la colección del Museo de Antioquia, es una pintura al óleo 
sobre lienzo, de 202 por 88 centímetros, realizada por Carlos Correa hacia 1949;
 en la obra, muchas veces expuestas en la década del 50, pueden descubrirse 
las complicaciones de la pregunta por la identidad. 
    A finales de 1941 o comienzos de 1942, Correa viajó a San Agustín 
en compañía de Pedro Nel Gómez, de la esposa de este, Giuliana, 
del crítico alemán Juan Friede y del filósofo Fernando González
Todos ellos viven este viaje como una experiencia casi mística que les 
permite comprender la vinculación de las culturas ancestrales con las 
fuerzas telúricas
. Carlos Correa se instala por algún tiempo en San Agustín para poder vivir allí, 
de manera más intensa, los que consideran que son los valores esenciales 
de la nacionalidad y emprende un camino indigenista que, sin embargo, 
abandona muy pronto. A veces se ha dicho que es entonces cuando 
pinta su Bachué, pero, en realidad, la obra corresponde a una idea 
(y época) posterior y más compleja. 
   Es claro que el tema se remite a la tradición muisca: la diosa Bachué sale 
del agua cargando al niño con quien, convertido en adulto, poblará la tierra; 
los acompañan los animales totémicos, serpientes, peces, aves de rapiña y sapos.
 Sin embargo, la pintura no tiene nada que ver con las formas arcaicas de
 los artistas indigenistas; por el contrario, la reducción a un 
esquematismo geométrico que privilegia la expresión, los colores contratantes 
y los blancos que parecen sacados de una pintura de El Greco, hacen 
recordar algunas obras de Picasso y de las vanguardias, anteriores y posteriores 
al Cubismo, todo muy alejado de las normas académicas tradicionales. 
   Seguramente hoy enfrentamos de manera distinta los temas y problemas de 
la identidad que, además, entendemos en plural, como identidades
. Pero quizá de Carlos Correa nos ayuda a comprender, también frente
 al momento actual, que las nuevas perspectivas con las que los artistas de 
hoy buscan analizar los problemas exigen formas nuevas, porque en el 
arte la forma y el contenido no son realidades separables. 
Tomado:

La Bachué de Carlos Correa por Carlos Arturo Fernández


“El expresionismo como síntoma de pereza e inhabilidad en el arte”


  1952 CARLOS CORREA Participó:
En el IX Salón de Artistas Colombianos con el óleo El Beso.
En el II Salón Nacional de Tejicóndor y obtuvo el Primer Premio de Pintura,
con la obra Bachué, hoy en el Museo de Zea.
   Fue Director de la Escuela Departamental de Pintura de CALI, en 2 períodos, donde además
desempeñó como Profesor de Cátedra de Pintura.
Frases de CARLOS CORREA:
-    En Latinoamérica la gran mayoría de la población nativa se vio forzada a renegar de sus antiguas creencias y adherirse a la fe europea so pena de morir.
–   La vida del crítico es más breve que la de un artista.
–   Pinta con sangre para que la hemorragia en los campos de batalla no sea estéril.
–   El Arte es universal, pero los artistas son nacionales.
–   Los artistas que no están de moda, tampoco pasarán de moda.
–   Algunos pintores manchan telas y las firman. Los chimpancés también manchas telas pero, por decoro, no las firman.
–   Si no conoces la cúpula de Robledo; la invitación a la Danza; los Arquetipos de la Literatura Castellana, en la Academia de la Lengua y el mural de la clínica Santa Isabel, de Palmira, ignoras lo que es la Pintura Mural en Colombia.
–   La Eternidad es la madre del Tiempo y solo con la ayuda de éste, se conquistará aquella.
–   Antaño se compraban óleos, hoy se compran firmas.
–   Afortunado eres si los críticos te escarnecen, 
porque la posteridad te rehabilitará.



¿Cuáles fueron las causas que motivaron las temáticas del Grupo Bachué?
a. Panorama político colombiano.
b. La industrialización y la perspectiva económica.
c. Influencia del artista español Picasso y la concepción cubista de la raza negra africana.
d. Búsqueda de identidad y raíces étnicas.
e. El Muralismo Mexicano.
f. La a y la d son correctas.

g. Todas las anteriores.

http://cervigon-name.blogspot.com/




Bachué madre generatriz de la Raza
Luis Alberto Acuña




BACHUÉ, LA DIOSA Julio César Goyes Narváez


Dios Chibchacum sostiene la tierra sobre sus hombros Óleo sobre lienzo Luis Alberto Acuña Tapias 

Nudo Andino Carlos Correa


Acuarela sobre papel 45 x 76 -Fuente El Legado de Casimiro Eiger -Comentarios Folleto con muestras de la colección privada de Casimiro Eiger -Librería Central Gestor Banco de La República -Editor o Impresor Biblioteca Luis Ángel Arango
   1963 Se exhibieron en la Galería Arte Moderno de Bogotá, varios de sus cuadros del Período Agustiniano. Entre ellos figuró El Nudo Andino.